El lunes 21 de mayo por fin la lluvia nos permitió ir a visitar al Duende Pies Ligeros (Aula Medioambiental). Qué alegría nos llevamos al ver que nos recibía el Duende y nos llevaba a conocer a sus amigos.
Como teníamos que ayudarle a recuperar su casa, ¿Sabéis quién estaba por allí?. ¡El hada de la lluvia. Teníais que haber visto la cara de los niños cuando apareció...
El Duende Pies Ligeros y el Hada, nos llevaron a conocer la casa del Duende que se había quemado por un incendio y así comenzó la aventura.
La conejita Rosalinda, nos dejó en su madriguera una carta y tres semillas para ayudar al duende a recuperar su casa.
Nos pusimos manos a la obra y tras caminar un ratito encontramos el mejor sitio para sembrar esas semillas y recuperar la casa del Duende. Por supuesto el Hada dela LLuvia nos dio su agua para regar las semillas y que creciesen rápidamente.
Mientras esperábamos que creciesen los árboles, dimos un paseo por la senda del duende, vimos conejos, bonitos árboles, descubrimos lo que hacían en los árboles los pájaros carpinteros... Qué sorpresa se llevaron cuando al volver al sitio donde habíamos sembrado "ya habían crecido tres bonitos árboles" donde podría vivir el duende.
Como el duende y todos sus amigos estaban tan contentos de cómo les habíamos ayudado nos regalaron una maceta, tierra y semillas de orégano para sembrarlos en clase. La última y gran sorpresa fue que nos llevaron a ver un mariposario donde había mariposas de muchos colores y unas tortugas.
Fue un día lleno de magia para los más pequeños, donde disfrutaron y aprendieron muchas cosas sobre la naturaleza.
Como teníamos que ayudarle a recuperar su casa, ¿Sabéis quién estaba por allí?. ¡El hada de la lluvia. Teníais que haber visto la cara de los niños cuando apareció...
El Duende Pies Ligeros y el Hada, nos llevaron a conocer la casa del Duende que se había quemado por un incendio y así comenzó la aventura.
La conejita Rosalinda, nos dejó en su madriguera una carta y tres semillas para ayudar al duende a recuperar su casa.
Nos pusimos manos a la obra y tras caminar un ratito encontramos el mejor sitio para sembrar esas semillas y recuperar la casa del Duende. Por supuesto el Hada de
Mientras esperábamos que creciesen los árboles, dimos un paseo por la senda del duende, vimos conejos, bonitos árboles, descubrimos lo que hacían en los árboles los pájaros carpinteros... Qué sorpresa se llevaron cuando al volver al sitio donde habíamos sembrado "ya habían crecido tres bonitos árboles" donde podría vivir el duende.
Como el duende y todos sus amigos estaban tan contentos de cómo les habíamos ayudado nos regalaron una maceta, tierra y semillas de orégano para sembrarlos en clase. La última y gran sorpresa fue que nos llevaron a ver un mariposario donde había mariposas de muchos colores y unas tortugas.
Fue un día lleno de magia para los más pequeños, donde disfrutaron y aprendieron muchas cosas sobre la naturaleza.